martes, 30 de agosto de 2016

El lóbulo frontal, el director de orquesta.




El lóbulo frontal es considerado el director y regulador de las actividades del sistema nervioso. Ocupa un tercio de la superficie del cerebro y se encuentra delante de la cisura central por encima de la cisura lateral. Se encarga de controlar las demás áreas del cerebro. Entre sus principales actividades está programar y regular los procesos cognitivos complejos, regular la atención, el correcto desenvolvimiento de las funciones ejecutivas y siempre en conexión recíproca con otras  áreas como el tálamo, ganglios y sistema límbico.




El lóbulo cerebral se divide en el área prefrontal y la corteza motora.


El área prefrontal 

Es el centro más importante del cerebro, regula los procesos cognitivos del ser humano. Siendo la parte anterior del lóbulo frontal su función es guía todos los procesos cognitivos. Responsable de planificar, coordinar, ejecutar y supervisar los procesos cognitivos incluso los más abstractos y complejos. Dirige la actividad mental humana y tiene conexiones establecidas con el resto del cerebro.

Tipos de conexiones:

  • Córtico-frontales: reciben información de los lóbulos cerebrales facilitando el plan de acción.
  • Córtico-subcorticales: se establecen conexiones con,
- El tálamo: regula procesos cognitivos como la memoria y lenguaje.

- El sistema límbico: interviene con la parte emocional de los procesos cognitivos.

- Los ganglios basales: se involucran con la preparación, ejecución y control de movimientos.


El área prefrontal del cerebro es el máximo responsable de los procesos cognitivos y de la conducta humana generando con su funcionamiento las denominadas funciones ejecutivas. El nivel de desarrollo alcanzado por el área prefrontal y la consolidación de la corteza asociativa influirá en la madurez neuropsicológica del niño.

Dentro del área prefrontal se han determinado tres áreas funcionales cuya principal tarea es el control de dichas funciones ejecutivas:






  • Dorsolateral: Área localizada bajo el hueso frontal que se activa principalmente al realizarse actividades complejas. Se especializa en las funciones ejecutivas de flexibilidad mental, formación de conceptos, planificación de tareas, organización temporal del comportamiento, razonamiento, memoria operativa, capacidad de inhibición, generación de acciones voluntarias y ejecución dual de tareas.
  • Cingulada: Área situada en las caras internas de la zona prefrontal que se relaciona especialmente con las funciones ejecutivas motivacionales, atención sostenida e intencionalidad. Interviene incluso en el lenguaje.
  • Orbitaria: Área ubicada en la base de los lóbulos frontales, tiene una estrecha relación con el sistema límbico e interviene en las funciones ejecutivas de regulación emocional, sentido ético y autoconciencia.
De producirse una lesión en el área prefrontal se alteraría la capacidad del ser humano para programar el comportamiento, decidir y programar voluntariamente actividades, de mantener y controlar la atención, capacidad de tomar decisiones, programar objetivos, establecer metas, etc. y quedaría reflejado en una pérdida de la capacidad de establecer un proyecto de vida. 


Por otro lado hay que destacar que seres humanos poseemos dos tipos de intelecto que son activados según la complejidad y novedad de las acciones a realizar:

  • Intelecto estático: Utilizado en acciones rutinarias donde no hace falta el uso de un alto nivel cognitivo. Se observa que la actividad metabólica de la zona prefrontal del cerebro  no se estimula ni activa significativamente ya que en estos casos interviene más el subcórtex o cerebelo. 



  • Intelecto dinámico: Utilizado al realizar acciones o tareas nuevas y de mayor complejidad en donde se hace necesario utilizar en mayor cantidad el intelecto. La actividad metabólica de la zona prefrontal del cerebro se activa en un alto grado. Al activar este tipo de intelecto se activan procesos diversos como: conceptualización, establecimiento de hipótesis, búsqueda de estrategias para solucionar problemas, elección de acciones futuras, etc. El sistema ejecutivo está estrechamente vinculado con la activación y acción del intelecto dinámico. Estas funciones del cerebro son capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y aceptada socialmente. 




La corteza motora



Comprende las áreas de la corteza cerebral responsables de los procesos de planificación, control y ejecución de las funciones motoras voluntarias. Está situada en el lóbulo frontal, delante de la cisura de Rolando. 








La corteza motora puede dividirse en:



La corteza motora primaria (M1). Responsable de la generación de los impulsos neuronales que controlan la ejecución del movimiento. Es una región cerebral que en los seres humanos se encuentra en la parte posterior del lóbulo frontal. Trabaja conjuntamente con las áreas premotoras para planificar y ejecutar los movimientos. Contiene neuronas de gran tamaño conocidas como células de Beltz, cuyos largos axones descienden hacia la médula espinal para establecer sinapsis con las motoneuronas alfa, que a su vez están conectadas a los músculos.

La corteza parietal posterior.
 Encargada de transformar la información visual en instrucciones motoras.


La corteza premotora (PMA). Se denomina también Área Motora Suplementaria o Área Motora Extrapiramidal y se encarga de guiar los movimientos y el control de los músculos proximales y del tronco corporal.

Área motora suplementaria (AMS). Encargada de la planificación y coordinación de movimientos complejos, como por ejemplo, aquellos que requieren el uso de ambas manos.





domingo, 21 de agosto de 2016

Técnicas de respiración.

La respiración es un proceso esencial en la regulación de la actividad metabólica del organismo. 








La frecuencia de los movimientos respiratorios de inspiración y espiración constituye el ritmo respiratorio. El ritmo en la actividad respiratoria y el volumen de la misma dependen de la actividad del organismo y hay numerosos factores que pueden modificarlo pues se trata de un mecanismo auto-regulatorio que, por tanto, varía en función de las necesidades fisiológicas del individuo y del propio estado emocional.


Las técnicas de control de la respiración

Las técnicas de control de la respiración constituyen el procedimiento más antiguo conocido para reducir los niveles de activación. Sus orígenes se sitúan en oriente y en la India donde las prácticas de la meditación incluyen como elemento esencial pautas respiratorias reguladas conocidas como pranayamasSe trata de que la persona aprenda el control voluntario de su respiración, de forma que lo pueda aplicar en las situaciones donde la respiración se encuentra alterada. Al conseguir una respiración diafragmática y un ritmo respiratorio lento se reduce la actividad fisiológica y psicológica, suscitándose una sensación generalizada de tranquilidad y bienestar (Speads, 1988).



Mecanismos auto-regulatorios

Existen una serie de mecanismos auto-regulatorios de la respiración, es decir, medidas de emergencia de carácter reflejo que permiten suministrar al organismo el aporte de oxígeno necesario cuando hay un incremento de la demanda, y el patrón respiratorio anterior se hace deficiente para esas necesidades. A partir de estos signos se puede intencionalmente favorecer la recuperación de un patrón adecuado mediante las técnicas concretas diseñadas para este fin (Speads,1988)Los mecanismos auto-regulatorios más comunes son los siguientes (Chóliz, 1998; Lodes,1990):

Bostezos: se producen por una contracción profunda del diafragma que da lugar a un intercambio masivo de aire. Suelen aparecer después de un periodo de respiración superficial o bien en los casos en los que se aporta menos oxígeno del que se necesita, por ejemplo, cuando se está cansado. Con la inhalación masiva de aire, el bostezo equilibra, la eficacia respiratoria.

Elevación involuntaria de hombros y omóplato. Permite el ensanchamiento de la caja torácica, facilitando cualquier ejercicio de inspiración.

Suspiros. Se trata de una inhalación lenta y silenciosa seguida de una exhalación repentina y ruidosa. También va precedido de un patrón deficiente de respiración.

Estiramientos. Facilitan los movimientos de ensanchamiento necesarios para una profunda ventilación y evitan la disminución del tono muscular que induce una respiración cada vez más superficial.




Tipos de respiración

Teniendo en cuenta la musculatura implicada y las zonas donde se concentra el aire inspirado se suele distinguir entre tres tipos de respiración: 

Respiración costal. La respiración costal superior o clavicular es el patrón respiratorio más superficial, si bien es el más frecuente, a la vez que el menos saludable. La mayor parte del aire se concentra en la zona superior de la caja torácica, por lo que no llega a producirse una ventilación completa y gran parte de los músculos de la respiración (especialmente el diafragma) permanecen con baja actividad.

Respiración diafragmática. Se produce gran movilidad de las costillas inferiores y la parte superior del abdomen. El diafragma participa activamente. Se trata del tipo de respiración fisiológicamente más adecuado.

Respiración abdominal. El tórax permanece inmóvil y es el abdomen el que demuestra una extraordinaria movilidad.



Algunos ejercicios de respiración

Respiración profunda. Se trata de un ejercicio útil para la reducción del nivel de activación general. Las indicaciones son las siguientes:

  • Sentarse cómodamente, colocar la mano izquierda sobre el abdomen y la derecha sobre la izquierda.
  • Imaginar una bolsa vacía dentro del abdomen, debajo de donde apoyan las manos.
  • Comenzar a respirar y notar cómo se va llenando de aire la bolsa y cómo la onda asciende hasta los hombros. Inspirar durante 3-5 segundos.
  • Mantener la respiración. Repetirse interiormente “mi cuerpo está relajado”
  • Exhalar el aire despacio, al mismo tiempo que uno mismo se da indicaciones o sugestiones de relajación.

El entrenamiento mediante este ejercicio consiste, en general, en realizar 4 o 5 ejercicios de respiración seguidos y repetir los ejercicios entre diez y quince veces al día, por la mañana, tarde, noche, y especialmente en situaciones estresantes.

Respiración contada. Consiste en entrenar una respiración diafragmática, dirigiendo el aire a la parte inferior de las costillas y, a medida que se inspira, se da la indicación de pensar en una palabra (e.g. calma) y en otra al espirar (e.g. relax). Se recomienda hacerlo diez veces seguidas y repetir el ejercicio unas veinte veces.

Respiración abdominal. Se trata de entrenar la respiración moviendo únicamente el abdomen intentando que permanezca inmóvil la musculatura torácica y clavicular.

Respiración intercostal o media. En este caso el objetivo es dirigir el aire hacia la zona media del tórax, hacia los costados, para favorecer la movilidad de la musculatura intercostal y del tórax.

Respiración alternada. La práctica concreta de este ejercicio respiratorio implica:
  • Utilizar una posición cómoda y relajada.
  • Colocar el dedo pulgar en la ventana nasal derecha y los dedos anular y medio en la izquierda.
  • Ocluir la ventana derecha con el pulgar e inspirar con la izquierda lenta y tranquilamente.
  • Separar el pulgar y ocluir con los otros dedos la ventana izquierda.
  • Espirar por la ventana derecha.
  • Mantener el aliento un instante e inspirar por la derecha, manteniendo cerrada la izquierda. Cuando se desee espirar debe hacerse por la izquierda.


Ejercicios cotidianos

Además de los ejercicios anteriores que se practican en las sesiones de entrenamiento, se pueden realizar otros ejercicios respiratorios durante la jornada sin necesidad de incluirlos en sesiones estructuradas (Chóliz, 1998), pues además de producir una respuesta automática auto-regulatoria permiten aumentar la conciencia respiratoria y cambiar pautas perjudiciales. Algunos de los más característicos son los siguientes:
  • En posición sentada, dejar que la respiración fluya y notar qué cavidades llena.
  • Tirarse de la nariz, abrirse las fosas nasales a la vez que se inspira.
  • Oler, inspirar olisqueando.
  • Realizar ejercicios para bostezar (e.g. estirarse, abrir la boca, castañetear, mover la mandíbula inferior, etc.).
  • Realizar ejercicios para suspirar, como por ejemplo suspirar a la vez que inclinamos el cuerpo hacia adelante soltando el aire.


El entrenamiento en Relajación Progresiva se ha empleado en el tratamiento de problemas psicofisiológicos y, en el caso de los niños, ha demostrado su utilidad sobre todo en el tratamiento de la hiperactividad y en la mejora del aprendizaje y rendimiento académico.


Fuentes de Información: 

Mª ÁNGELES RUIZ FERNÁNDEZ, MARTA ISABEL DÍAZ GARCÍA y ARABELLA VILLALOBOS CRESPO. Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo Conductuales, Ed. Desclée De Brouwer, UNED. Tercera Edición 2013.
ISBN: 978-84-330-2535-7


Se citan en el manual: 

- Speads, C.H. (1988): ABC de la respiración. Madrid: EDAF.
- Chóliz, M. (1998). Técnicas para el control de la activación. Relajación y Respiración. Facultad de Psicología Universidad de Valencia (www.uv.es/= choliz).
- Lodes, H. (1990): Aprende a respirar. Barcelona: Integral.





jueves, 11 de agosto de 2016

¿Cómo afecta la práctica de mindfulness al cerebro?


Al hablar de Mindfulness es necesario hacer referencia a las técnicas de meditación orientales, Vipassana y meditación Zen, que son prácticas habituales dentro del budismo. 


Jon Kabat-Zinn (1990), el autor probablemente más reputado internacionalmente en mindfulness, lo define como “prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. El término inglés midfulness se traduciría al español como atención plena o conciencia plena. A su vez mindfulness es la traducción de una antigua palabra india, Sati, que significa conciencia, atención y recuerdoLa experiencia de mindfulness guarda relación con el hecho de estar en contacto, de examinar quién somos, de cuestionar nuestra visión del mundo y de cultivar la capacidad de apreciar plenamente cada momento de la vida (Kabat-Zinn, 1994).

La inclusión de la práctica de mindfulness en la psicoterapia occidental obedece a la necesidad de ampliar y optimizar los enfoques terapéuticos existentes para reducir la vulnerabilidad cognitiva al estrés y las respuestas emocionales negativas. Según diversos estudios, mindfulness da cuenta de enormes beneficios, tanto para vivir una vida satisfactoria, como para ayudar a afrontar problemas físicos y psicológicos. La mayoría de los autores señalan que para comprender el significado de mindfulness la clave es la práctica; no hay otra forma de conocer cómo puede transformar la vida y la relación con el miedo, la ansiedad, la depresión o el pánico (Brantley, 2010). Supone asumir un compromiso, disponer de la energía y disciplina suficiente para practicar, prestando una cuidadosa atención con actitud cordial y sin juicio previo. Durante la práctica se aprende a centrar la atención evitando sentimientos, sensaciones y pensamientos que nos aparten del presente.



¿Cuáles son los componentes fundamentales de midfulness?

·    1- La atención plena, no es un fenómeno exclusivamente cognitivo, sí se caracteriza por dos componentes de ese carácter, el cultivo de la atención y de la concentración (Simón, 2007). Entre las propuestas realizadas, Bishop et al. (2002) proponen un modelo muy exhaustivo que incluye los siguientes componentes: autorregulación de la atención y orientación hacia las propias experiencias en el momento presente, caracterizada por curiosidad, apertura y aceptación. Para ello es necesario cultivar las siguientes habilidades:

o  Atención sostenida: se refiere a la capacidad de mantener un estado de vigilancia durante periodos prolongados de tiempo.
o Cambio atencional: consiste en llevar la atención a la respiración cuando se reconocen los pensamientos, sentimientos o sensaciones. 
o  No elaborar pensamientos, sentimientos y sensaciones a medida que surjan. No se trata de suprimirlos sino de que al considerarlos objetos de observación no capten totalmente la atención y, una vez que son reconocidos, se dirija la atención nuevamente a la respiración y se evite la elaboración de esos pensamientos, sentimientos y sensaciones.

2- La orientación hacia la experiencia, se inicia con el compromiso de mantener una actitud de curiosidad, abriendo la mente a la detección de cada uno de los pensamientos, sentimientos y sensaciones que surjan, permitiéndolos de forma que se reduzcan las estrategias que se usan para evitar tales aspectos.

Estos componentes se pueden resumir en cuatro ideas:

  • Atención orientada al presente.
  • Aceptación radical de cualquier experiencia, sin evaluación ni juicio previo.
  • Apertura a la experiencia sin elaborar los contenidos de pensamientos que se observan.
  • Intencional, que supone elegir de forma activa en que implicarse. 



¿Cómo afecta la práctica de mindfulness al cerebro?



Desde la neurociencia se proponen vías de mediación neurobiológicas como cambios neurofuncionales (Fletcher et al., 2010). 
La investigación en neurociencia en el campo de la meditación está poniendo de manifiesto cómo los procesos de prestar atención intencionalmente, cultivar actitudes internas de aceptación y no emisión de juicios y el establecimiento de actitudes de benevolencia hacia uno mismo y los demás pueden modificar la actividad cerebral, incluyendo procesos perceptivos, procesos cognitivos superiores y procesos de regulación emocional (Cahn y Polich, 2006; Siegel, 2007). De hecho, ha sido posible mostrar cómo el entrenamiento sistemático en mindfulness en una situación real produjo cambios observables en la fisiología cerebral, principalmente a través de la activación prefrontal, asociada con emocionalidad positiva. 

La regulación de emociones ocurre gracias a la acción de un circuito que, desde las regiones medial y ventrolateral del córtex prefrontalejerce su control sobre las áreas donde se procesan y activan nuestras emociones, como la amígdala..
Un estudio realizado por Herwig y colaboradores (2010) refleja que la actividad de la amígdala se atenua atenuación del arousal y la intensidad emocional- cuando los sujetos experimentales llevaban a cabo una tarea en la que debían tomar conciencia de sus estados emocionales, situación que puede correlacionarse con sujetos que practican midfulness. 

En las investigaciones sobre la influencia de la meditación en la regulación de la ansiedad destacan Ives-Deliperi y colaboradores (2013), encontraron que el entrenamiento en mindfulness produce disminuciones en la ansiedad experimentada por personas con trastorno bipolar, correspondiendose con una mayor activación de algunas áreas del córtex prefrontal medial. Otros investigadores han hallado que el alivio de la ansiedad resultante de la práctica de la meditación estaría conectado con activaciones en el córtex cingulado anterior, el córtex prefrontal ventromedial y la ínsula anterior.

Por otro lado, la investigación sobre los efectos reguladores del sistema nervioso autónomo muestra resultados prometedores. Parece que el efecto de la práctica de mindfulness produce una activación parasimpática mayor que la producida por un entrenamiento en relajación progresiva (Ditto et al., 2006). Además, la práctica específica de la meditación por exploración corporal mediante mindfulness antes del abordaje de una situación de estrés, parece tener un efecto regulatorio sobre la respuesta del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal ante el estrés, produciendo en él una respuesta de rango normal (Greeson et al., 2001). Así mismo, algunos datos indican que la meditación y el mindfulness tiene un efecto inductor un estado de relajación psicofisiológico, caracterizado por un estado aminorado de alerta, baja reactividad a estímulos internos y externos, y un patrón reducido de arousal psicofisiológico (Berson y Klipper, 1975).

Una de las formas en las que el mindfulness promueve la toma de conciencia y el distanciamiento frente a los estados emocionales aversivos es mediante su "etiquetamiento"Un estudio ha analizado cómo se comporta el cerebro de personas con altos y bajos niveles de mindfulness cuando se enfrentan a la tarea de etiquetar imágenes que representan estados emocionales negativos. Creswell y su equipo  (2007) encontraron que en los participantes con altos niveles de mindfulness se observaba una fuerte asociación inversa entre la activación de algunas áreas del córtex prefrontal y la amígdala durante la tarea de etiquetado emocional, que no fue observada en aquellos que presentaban bajos niveles de mindfulness. Este resultado apuntaría a que el mindfulness se asocia a una mayor eficacia en control de la actividad de la amígdala por parte del córtex prefrontal cuando el sujeto desarrolla una tarea de identificación de emociones.



¿Qué aporta la psicología cognitiva sobre la práctica de mindfulness?

Desde la ciencia cognitiva se proponen mecanismos cognitivos mediadores como la conciencia metacognitiva (Teasdale et al., 2002), procesos de repercepción (Shapiro et al., 2006) o mediadores atencionales como la modulación del foco atencional (Carmody, 2009). Las prácticas entrenadas en midfulness (intención, atención y actitud) conducen a un incremento de la disposición hacia el estado de midfulness, es decir, hacia una mayor claridad y objetividad a la hora de acercarnos a las experiencias internas y externas momento a momento. La práctica de mindfulness incrementa la habilidad para mantener de forma estable un foco de atención intencional, en contraposición con el automatismo desencadenado por la reactividad emocional.
En el estudio realizado por Jha A.P. y colaboradores (2010) sobre la memoria de trabajo un tipo de memoria de corto plazo en la que interviene la corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas- se analizó el impacto de un programa de entrenamiento en mindfulness sobre la capacidad de la memoria de trabajo y la experiencia afectiva. El funcionamiento de la memoria de trabajo es clave en el afrontamiento de situaciones de alta demanda cognitiva –como ocurre en el estrés- y en la regulación de emociones. La memoria de trabajo tiene una capacidad limitada y el esfuerzo de regulación emocional puede agotarla, produciendo respuestas inadecuadas. En esta investigación se encontró que la práctica de mindfulness mejoraba la capacidad de la memoria de trabajo, lo que a su vez explicaba el menor nivel de afectividad negativa presente en los participantes que habían sido entrenados en ella. 

Para finalizar, la evidencia sugiere que la práctica de mindfulness puede impactar positivamente conductas de salud a través de sus efectos cognitivos, afectivos y psicofisiológicos; además, se asocia con una mayor flexibilidad conductual en condiciones que con anterioridad  producían una rigidez conductual desadaptativa, por ejemplo, en conductas de evitación fóbicas y otro dato a destacar es el análisis de mecanismos neurobiológicos como la neurotransmisión y la actividad hormonal, algunos estudios apuntan a cambios en los niveles de dopamina, serotonina, melatonina, cortisol y norepinefrina que estarían asociados a la meditación.




Lo que sí podemos afirmar es que la práctica de mindfulness puede ser altamente beneficiosa en términos de bienestar subjetivo: "una vida más plena y centrada en el aquí y ahora". 





Fuentes de Información: 

Mª ÁNGELES RUIZ FERNÁNDEZ, MARTA ISABEL DÍAZ GARCÍA y ARABELLA VILLALOBOS CRESPO. Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo Conductuales, Ed. Desclée De Brouwer, UNED. Tercera Edición 2013.
ISBN: 978-84-330-2535-7

Se citan en el manual: 

  1. KabaT-Zinn, J. (1994). Wherever you go, there you are: mindfulness meditation in every day life. NY: Hiperion.
  2. KabaT-Zinn, J. (1990). Full catastrophe living. How to cope with stress, pain and illnesusing mindfulnessmeditation. NY: Piadkus.
  3. Brantley. J. (2007). Calming your anxious mind. Oakland CA, New Harbinger Publications. (Traducción al castellano: Calmar la ansiedad. Barcelona: Oniro, 2010).
  4. Bishop, S.R. (2002). What do we really know about Mindfulness-Based Stress Reduction? Psychosomatic Medicine, 64, 35-43.
  5. Simón,V. (2007). Mindfulness y Neurobiología. Revista de Psicoterapia 66/67,5-30.
  6. Fletcher, L.B., Shoendoerf, B. y Hayes, S.C. (2010). Searching for mindfulness in the brain: A process-oriented approach to examining the neural correlates of mindfulness. Mindfulness, 1, 41-63.
  7. Siegel, D.J. (2007). The mindful brain: Reflection and attunement in the cultivation of well-being. NY: W.W. Norton.
  8. Cahn, B.R. y Polich, J. (2006). Meditation states and traits:EEG, ERP, and neuroimaging studies. Psychological Bulletin, 132, 180-211.
  9. Teasdale, J.D. (1988). Cognitive vulnerability to persistent depression. Cognition and Emotion, 2, 247-274.
  10. Carmody, J. (2009). Evolving conceptions of mindfulness in clinical settings. Journalof Cognitive Psychotherapy, 23, 270-280.
  11. Shapiro, S.L., Carlson, L.E., Astin, J.A. y Freedman, B. (2006). Mechanisms of mindfulness. Journal of Clinical Psychology, 62, 373-386.
  12. Ditto, B., Eclache, M. y Goldman, N. (2006). Short term autonomic and cardiovascular effects of mindfulness body scan meditation. Annals of Behavioral Medicine,32, 227-234.
  13. Gresson, J.M., Rosenzweig, S., Vogel, W.H. y Brainard, G.C. (2001). Mindfulness meditation and stress physiology in medical students. Psychosomatic Medicine, 63, 158.
  14. Benson, H. y Klipper, M.Z. (1975). The relaxation response. NY: Harper Collins. 


Otras fuentes:


  • Jha, A. P., Stanley, E. A., Kiyonaga, A., Wong, L., & Gelfand, L. (2010). Examining the protective effects of mindfulness training on working memory capacity and affective experience. Emotion, 10(1), 54.
  • Herwig, U., Kaffenberger, T., Jäncke, L., & Brühl, A. B. (2010). Self-related awareness and emotion regulation.Neuroimage, 50(2), 734-741.
  • Ives-Deliperi, V. L., Howells, F., Stein, D. J., Meintjes, E. M., & Horn, N. (2013). The effects of mindfulness-based cognitive therapy in patients with bipolar disorder: a controlled functional MRI investigation. Journal of affective disorders, 150(3), 1152-1157.
  • Creswell, J. D., Way, B. M., Eisenberger, N. I., & Lieberman, M. D. (2007). Neural correlates of dispositional mindfulness during affect labeling. Psychosomatic Medicine, 69(6), 560-565.